Las cadenas de suministro globales e inflación
Antonio Ciriaco Cruz
La economía dominicana ha sido víctima en los últimos años de los efectos de las presiones en las cadenas de suministro globales: precios más altos en los insumos, reflejándose básicamente en los precios finales de los combustibles y alimentos.
En principio, los retrasos en los envíos globales causados por la pandemia del Covid-19 fueron una de las principales causas por las que todo se encareció.
Luego, la invasión rusa a Ucrania, en febrero del 2022, se sumó al caos al interrumpir el flujo de insumos fundamentales como el petróleo, los cereales, y las grasas comestibles, lo que hizo subir el precio de los combustibles y alimentos.
Recientemente, la situación provocada en el Mar Rojo, básicamente en los estrechos de “Bab al Mandeb” y “Ormuz”, provocó incrementos en los fletes, que han encarecido y retrasado las importaciones provenientes de Asia.
Igual ocurre con el Canal de Panamá debido a la reducción de las aguas que alimentan las “esclusas” del Canal.
Las interrupciones de las cadenas de suministro se han convertido en un desafío importante para la economía dominicana de cara al futuro inmediato.
Las restricciones de movilidad provocan interrupciones en las redes logísticas, elevan los costos por fletes, y prolongan los tiempos de entrega de las mercancías.
Los fletes y los tiempos de entrega seguirán impactando los precios de las importaciones dominicanas, excepto que se llegue a un acuerdo duradero entre Israel y Palestina y se regularicen los flujos de mercancías en el Mar Rojo. A medida que se disipen las dificultades en los suministros de insumos para la agricultura y otros sectores claves de la economía, la inflación de alimentos tenderá a bajar.
Los “suministros” son fundamentales en la evolución de la oferta de bienes y servicios de las economías, y suelen estar altamente correlacionadas entre países.
La oferta captura determinantes que afectan la inflación en todos los países. Por eso, sectores claves de la economía dominicana, como la agricultura, están muy propensos a los vaivenes de las cadenas de suministro globales.