El presidente ucraniano Vladímir Zelenski quiere despedir al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhny, porque este ha estado negociando secretamente con altos funcionarios de Estados Unidos y otros países occidentales sobre las perspectivas de un alto el fuego para poner fin al conflicto con Rusia, afirmó el reconocido periodista estadounidense Seymour Hersh. En un artículo publicado este viernes, el ganador de un Pulitzer señala que fue la entrevista de Zaluzhny a The Economist en noviembre pasado, donde aseguró que la situación en el frente se encontraba «en un punto muerto», la que dio pie a especulaciones sobre un conflicto con el jefe de Estado.
El periodista menciona que todo esto se produce en un momento en que hay un renovado interés de algunos miembros de la comunidad militar y de inteligencia estadounidense por «encontrar una manera para apoyar una reforma del Gobierno ucraniano y los esfuerzos de Zaluzhny para entablar conversaciones de largo alcance con Rusia sobre una solución a la guerra».
Un funcionario estadounidense al tanto del asunto, citado por Hersh, reveló que el primer paso de este proceso sería presionar a Zelenski para que acabe con la corrupción y realice una seria auditoría de todo el gasto público en Ucrania.
Así, el autor recuerda que el director de la CIA, William Burns, voló secretamente a Kiev el año pasado para advertir al presidente ucraniano cara a cara que Washington era «consciente de su corrupción personal y de su falta de voluntad para despedir a docenas de funcionarios —señalados por Burns— y conocidos por estar profundamente involucrados en el desvío de fondos de defensa a cuentas personales».
En este sentido, la fuente de Hersh añadió que la estrategia que ha evolucionado en el entorno de expertos de la burocracia militar y de inteligencia, y cuenta con el apoyo de la industria privada, «prevé un apoyo sostenido a Zaluzhny y reformas que conduzcan al fin del régimen de Zelenski».
El funcionario también detalló que el nuevo plan requiere de «consultas y formación de ucranianos patrióticos y realistas clave», mientras los riesgos de una reforma de este tipo es que haya filtraciones a la prensa e intentos de los «corruptos beneficiarios atrincherados de la política estadounidense de ‘comida gratis’ para descarrilar el proceso».
Según sus declaraciones, Zelenski estaba al tanto de que Zaluzhny mantenía negociaciones con Occidente, pero vaticinó el fin del presidente si opta por seguir su curso con el Ejército, el mismo que está a favor del general.
«Tendría un motín entre manos», vaticinó.
El lunes, algunos medios y legisladores ucranianos informaron sobre la inminente destitución de Zaluzhny. Sin embargo, la Oficina presidencial de Ucrania y el Ministerio de Defensa desmintieron esos rumores. The New York Times reportó que Zelenski había suspendido la medida una vez que se filtró la información. Varios medios internacionales dieron a conocer, con referencia a sus fuentes, que el comandante en jefe había sido invitado a una reunión en la oficina de Zelenski el lunes, donde se le comunicó la decisión de cesarlo en sus actividades y se le ofreció un cargo diferente, que el general rechazó. Aunque no se ha hecho un anuncio formal sobre la destitución de Zaluzhny, el decreto presidencial correspondiente está previsto para el fin de semana, reveló uno de los informantes de CNN. Zaluzhny es uno de los líderes más populares en Ucrania y desde hace meses hay rumores sobre la existencia de una rivalidad política entre él y Zelenski. Otro choque entre el mandatario y el comandante en jefe se produjo a finales de diciembre, cuando se debatió la posible llamada a filas en Ucrania. Zelenski anunció que la cúpula militar había propuesto movilizar a entre 450.000 y 500.000 efectivos adicionales. No obstante, Zaluzhny afirmó que «el mando militar no ha hecho ninguna solicitud sobre cifras ni nada parecido», agregando que eso equivaldría a divulgar un secreto militar.