Los problemas de salud mental también abruman a EE.UU.: solo un tercio de la población cree que su estado emocional es excelente
La encuesta indica que, pese a la disponibilidad de vacunas y la ausencia de restricciones severas en comparación con la situación del año pasado, los estadounidenses continúan psicológicamente impactados por la pandemia.
A pesar de que los resultados ponen de manifiesto un ligero aumento en el porcentaje de ciudadanos que califican su salud mental como buena, la propia compañía Gallup alerta que la próxima pandemia global será la de la salud mental y recuerdan que los centros para el control y la prevención de enfermedades de EE.UU. informaron que el 41,5 % de los adultos en el país mostraron síntomas de ansiedad o depresión a principios del 2021.
Cabe recordar que el país ha experimentado un repunte de las llamadas muertes por desesperación, que han aumentado drásticamente desde mediados de la década de 1990.
Gail Saltz, profesora clínica asociada de psiquiatría en el Hospital Presbiteriano de Nueva York comenta que en una publicación del año pasado sobre la cantidad de muertes relacionada con los opioides se observó por primera vez «un numero de 6 cifras, el más alto que este país ha tenido en sobredosis de opioides», lo que, según menciona, «se considera un tipo de muerte por desesperación junto con el suicidio». Asimismo, Saltz subraya que, «teniendo en cuenta las estadísticas del año pasado, ya estamos en una crisis de salud mental».
Según John Krystal, que encabeza el departamento de psicología en la Universidad de Yale en alcoholismo o depresión, los profesionales de este campo tienen la impresión generalizada de que se están experimentado niveles de estrés sin precedentes y aseguran que, si bien la fase inicial de la pandemia fue acompañada de capacidades notables de resiliencia, con el paso de tiempo esta capacidad se ha visto agotada.
Asimismo, opina que en EE.UU. el impacto de la pandemia se vio agravado por las tensiones nacionales, incluida la polarización política.
Los expertos insisten en que prevenir y concienciar sobre la magnitud del problema es clave para resolverlo. Carol Bernstein, profesora del Centro Médico Montefiore y la Facultad de Medicina Albert Einstein sostiene que «las personas deberían entender que tienen derecho a sentirse más felices». «Todos tenemos momentos de depresión, tristeza, decaimiento o ansiedad» dice Bernstein. Según explica, estos sentimientos «son normales», pero si los síntomas «persisten a lo largo de un periodo prolongado de dos o de cuatro semanas», e interfieren con la capacidad para trabajar o para relacionarse con los amigos y las familia, entonces «es realmente importante buscar tratamiento», ya que —recalca— «todas estas enfermedades son tratables».
Los profesionales alertan de que casi todos los países carecen en estos momentos de recursos suficientes para evaluar y tratar las enfermedades mentales y denuncian que su estigmatización es un problema mundial que reduce la probabilidad de que las personas busquen ayuda.