La misión de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en El Salvador dijo el martes que si bien no hay duda de la victoria del presidente Nayib Bukele, puso bajo la lupa el escrutinio que llevaron a las autoridades electorales tras anunciar el recuento manual de las actas no transmitidas. En su informe preliminar, el organismo apuntó: «la amplia diferencia entre el candidato ganador y sus contrincantes no deja dudas sobre los resultados electorales y coincide con los datos recabados por la Misión».
Sin embargo, criticó los problemas ocasionados en la recolección, procesamiento y transmisión de datos, lo que llevó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) a suspender el escrutinio preliminar y a anunciar un recuento manual, a partir del martes, de las actas que no fueron recibidas por fallas en el sistema.
El conteo preliminar se detuvo con el 70,25 % de las actas procesadas: Bukele suma 1.662.313 votos, seguido del exdiputado Manuel Flores, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con 139.025; y el empresario Joel Sánchez, de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), con 122.926 papeletas a su favor.
En la Asamblea Legislativa solo se alcanzaron a contabilizar el 5,06 % de las actas.
Ante este escenario, el TSE contará manualmente el 30 % de las actas de las presidenciales y casi la totalidad de las parlamentarias.
El proceso puede durar semanas.
«Fallas como retrasos en la distribución de los kits tecnológicos, ausencia de materiales para imprimir las actas y falta de luz y conectividad de Internet son todos previsibles y podrían haberse evitado con una mejor planificación institucional y medidas de contingencia», señala el informe de la OEA.
Además, informó de las «malas prácticas que afectaron aspectos de equidad y transparencia de los comicios», lo que impactó «en la confianza ciudadana de algunos actores políticos y sociales en el proceso electoral».
Celebrar antes de tiempo La OEA cuestionó que, antes de conocerse los primeros resultados oficiales del TSE, Bukele anunciara con datos propios que había ganado las elecciones con el 85 % de los votos y 58 de los 60 diputados de la Asamblea.
«Aún sin conocer los datos oficiales del TSE, gobiernos de la región saludaron al mandatario reelecto, lo que pone en evidencia la imperante necesidad de fortalecer la institucionalidad electoral en El Salvador», dice el informe.
El documento también recuerda que la candidatura de Bukele estuvo muy cuestionada por varios juristas, que advirtieron que la Constitución prohíbe la reelección inmediata en el país centroamericano.
Amenaza de nulidad por voto exterior Además de los fallos en el conteo, la elección presentó irregularidades en el exterior, donde estaban convocados las urnas 740.000 salvadoreños –del total de 6,2 millones de votantes en las elecciones–, varios de los cuales no pudieron ejercer su derecho.
En un principio, el TSE dijo que iba a reabrir varios centros de votación en EE.UU. para que los que no pudieron votar lo hicieran en una nueva fecha, lo cual motivó amenazas del partido derechista ARENA de pedir la nulidad de las elecciones porque «no está regulado en el Código Electoral».
Finalmente, el ente electoral terminó danto marcha atrás el martes y dijo en las redes sociales que realizará «las consultas respectivas con los organismos internacionales» sobre este hecho.
«ARENA está del lado de miles de salvadoreños que demandan claridad y honestidad en este proceso electoral.
No deberíamos de estar corrigiéndoles la plana, pero si es necesario seguirlo haciendo seremos la voz de los que exigen que este proceso sea legal», escribió el partido tras la retractación del TSE.
Bukele, a su vez, respondió en redes sociales al partido derechista con una palabra: «Descaro».