La Fiscalía de Brasil acusa a tres hombres por los asesinatos del indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips
El Ministerio Público de Brasil imputó a tres hombres involucrados en los asesinatos del indigenista local Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips el pasado 5 de junio en el Valle de Javari, una extensa región del amazonas brasileño que se encuentra en la frontera entre Perú y Colombia, y en la que hay gran presencia de grupos delictivos vinculados al narcotráfico y otras actividades ilegales.
Los hombres fueron identificados como Amarildo da Costa Oliveira, alias ‘Pelado; Jefferson da Silva Lima, alias ‘Pelado da Dinha’; y Oseney da Costa de Oliveira, alias ‘Dos Santos’, y acusados por los delitos de doble homicidio calificado y ocultación de cadáver, informó la Fiscalía brasileña.
De acuerdo al Ministerio Público, tanto Amarildo como Jefferson confesaron los asesinatos, mientras que la participación de Oseney fue probada por declaraciones de testigos durante el proceso de investigación, que ya concluyó para estos tres involucrados.
Desacuerdos previos
En la denuncia, que fue presentada el jueves, la Fiscalía presentó pruebas de conversaciones e informes periciales con el análisis forense efectuado a los cuerpos de las víctimas y de los objetos encontrados en el lugar de los hechos.
Además, determinó que Amarildo tenía desacuerdos previos con el activista Pereira, por su lucha contra la pesca ilegal en territorios indígenas.
Sin embargo, lo que habría motivado los asesinatos fueron unas fotografías que hizo el periodista británico al bote de Amarildo.
Según el Ministerio Público, si la justicia logra corroborar este hecho como motivo fútil del caso, la sentencia contra los acusados podría aumentar.
De momento, las investigaciones de las autoridades determinaron que Pereira fue asesinado de tres tiros, uno de ellos por la espalda, sin posibilidad alguna de defensa, lo que también califica como delito.
Mientras que a Phillips lo mataron solo por acompañar a Bruno, es decir, el único testigo que podía poner en riesgo a los acusados.