La crisis histórica que vive Intel continúa teniendo consecuencias en su plantilla: se planea el despido de 20,000 empleados.
Los problemas actuales que enfrenta Intel son mucho más severos que cualquier desafío que haya superado a lo largo de su historia de más de cincuenta años. Desde mediados de los años 2000, la empresa taiwanesa TSMC ha arrebatado a Intel su largo liderazgo en el ámbito de la fabricación de circuitos integrados. A esto se suma el estancamiento del mercado de PCs en los últimos años y la lenta entrada de Intel en el sector de la inteligencia artificial, lo que ha dejado a la compañía en una posición muy vulnerable.
En julio de 2024, bajo el liderazgo de Pat Gelsinger, Intel sufrió una drástica caída en el mercado bursátil. Sus acciones se desplomaron un 30% en pocos días, alcanzando niveles de 2011. Además, la compañía registró una pérdida de 1,600 millones de dólares en el segundo trimestre de 2024, con una caída del 1% en sus ingresos interanuales. Estas condiciones propiciaron una crisis que persiste en la actualidad, como se mencionó en el inicio de este artículo.
El actual CEO de Intel busca regresar a los fundamentos de la empresa.
Todo se disparó en el verano de 2024. El 2 de agosto, Intel anunció un próximo plan de reestructuración que tenía como finalidad disminuir costes y aumentar su capacidad de respuesta ante los retos del mercado. Este plan contemplaba el despido del 15% de su plantilla (más de 15,000 empleados) y una reducción de gastos cercana a los 10,000 millones de dólares. Pat Gelsinger había señalado previamente que la ineficiencia de Intel se debía a una estructura organizativa demasiado compleja.
En los años 90, Alemania logró realizar una hazaña que parecía imposible: un componente crucial para las máquinas actuales de fabricación de chips.
Lip-Bu Tan se enfoca en eliminar puestos redundantes y simplificar los niveles de gestión.
Ni el mismo Gelsinger logró «sobrevivir» a este proceso de transformación. El 2 de diciembre, este directivo dejó su puesto de manera algo abrupta, y la dirección de la empresa quedó en un limbo hasta que Lip-Bu Tan asumió el mando el 18 de marzo. Este experimentado físico e ingeniero nuclear se apuró en declarar que dos de los principales objetivos de su estrategia serían fortalecer la posición de Intel en el ámbito de la inteligencia artificial y reposicionar a la empresa como líder en la fabricación de circuitos integrados. Hoy tenemos más información al respecto. Un dato muy relevante.
Según Bloomberg, Intel se prepara para implementar otro recorte en su plantilla como parte de su estrategia para disminuir gastos operativos, que incluyen tanto los salarios como los costos de marketing. La empresa está considerando reducir su fuerza laboral en un 20%, lo que equivaldría a la eliminación de alrededor de 20. 000 puestos de trabajo.
Cabe destacar que esta cifra se suma a los más de 15. 000 empleados que Intel ha despedido en los últimos meses de 2024. En aquella ocasión, los despidos involucraron a personal administrativo y de ventas, marketing y soporte, y no a ingenieros. En esta nueva fase, Lip-Bu Tan busca eliminar posiciones innecesarias y simplificar la estructura organizativa, con el objetivo de mejorar la agilidad y competitividad de Intel en áreas fundamentales como la inteligencia artificial y la producción de semiconductores.