El gobierno de Javier Milei terminó reprochándole este miércoles al ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, su visita a las Islas Malvinas, el archipiélago sobre el que Argentina reclama la soberanía. Lo hizo personalmente la canciller Diana Mondino, en una reunión al margen de la reunión de ministros de esa cartera de los países del G20 en Río de Janeiro, en la que ambos «reconocieron la existencia de un desacuerdo».
«La canciller Mondino expresó el malestar por sus declaraciones y su visita a las Islas Malvinas, tras lo cual reafirmó los derechos de soberanía de la República Argentina en la cuestión de las Islas Malvinas y reiteró la disposición de su país a resolver la disputa de conformidad con el mandato de la comunidad internacional», escribió la cancillería en un comunicado.
En las redes sociales, Mondino colgó una foto con Cameron con el mensaje: «Poniendo las cosas en su lugar».
Un mensaje en un tono muy distinto al usado el martes por el vocero presidencial, Manuel Adorni, cuando dijo que la visita de Cameron «es un tema de agenda del gobierno inglés» y que por eso no podía opinar.
El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, en cambio, la catalogó como «una nueva provocación británica» y declaró al representante británico ‘persona non grata’.
«Para siempre» Pero no parece que la acción diplomática vaya a surtir efecto, vista la oposición británica a cualquier cambio en el estatus del remoto archipiélago del Atlántico Sur que el Reino Unido ocupó en 1833, tras desalojar a las autoridades sudamericanas.