El coronavirus ya se coló en dos cárceles de El Salvador, uno de los sistemas penitenciarios más hacinados del mundo
El gobierno confirmó dos brotes de covid-19 en los penales de San Vicente y Quezaltepeque, dos de los más hacinados de El Salvador. Con las visitas prohibidas desde marzo, la hipótesis más robusta es que algún empleado asintomático introdujo el virus.
La Dirección General de Centros Penales (DGCP) de El Salvador confirmó que dos cárceles de El Salvador –las ubicadas en San Vicente y Quezaltepeque– registran sendos brotes de covid-19, que han afectado a al menos 36 privados de libertad y a un indeterminado número de empleados. El sistema penitenciario del país centroamericano es uno de los más hacinados del continente y del mundo: en la actualidad acoge a más de 37.000 reos en centros diseñados para un máximo de 21.000.
Mediante pruebas PCR, «han dado positivos 25 reos en el Centro Penitenciario San Vicente, y hay 11 privados de libertad diagnosticados en el penal de Quezaltepeque», confirmó el director de Centros Penales, Osiris Luna, en una conferencia de prensa celebrada la tarde del 25 de mayo.
Luna dijo que empleados contagiados pero «asintomáticos» de la DGCP fueron los portadores del virus dentro de las penitenciarías, y aseguró que ya se han tomado las medidas para tratar de controlar los brotes: «Estábamos preparados y en este momento ya tenemos controlada la situación».
El plan original, sin embargo, era evitar que el virus SARS-CoV-2 ingresara en las cárceles, por la vulnerabilidad y el hacinamiento de los privados de libertad en el sistema penitenciario salvadoreño.