Convertirse en donante de piel puede salvar a pacientes quemados
La falta de información precisa imposibilita que las familias acepten o firmen el consentimiento necesario para que su pariente fallecido se convierta en donante
La última vez que el Banco de Piel, que forma parte de la Unidad de Niños Quemados Dra. Thelma Rosario, recibió un donante cadavérico fue en el año 2019, a pesar de contar con el personal médico entrenado y la capacidad de almacenar tejidos para ser trasplantados a pacientes que han sufrido quemaduras.
Ante la necesidad que viven decenas de personas que resultaron afectadas por la explosión en San Cristóbal, la doctora Renata Quintana, directora de la Unidad de Niños Quemados ubicada en la ciudad de Santiago, ofreció el dato que deja en evidencia la necesidad de ampliar los servicios para pacientes quemados en el país, refiriéndose así a la necesidad de crear conciencia en los dominicanos para que se conviertan en futuros donantes.
Quintana explicó que, con la donación de la piel se salvan quienes han sufrido quemaduras, en esta y en cualquier otra emergencia, algo que últimamente no pasa a seguido asegurando que la falta de información precisa imposibilita que las familias acepten o firmen el consentimiento necesario para que su pariente fallecido se convierta en donante.
«Con la donación de tejidos o de la piel se puede contribuir a salvar la vida de hasta cinco personas con quemaduras u otros tipos de lesiones que involucren tejidos», explicó Quintana.
En dos ocasiones, el año pasado el Banco de Piel no recibió donantes por objeción de parientes, aun cuando cumplían las condiciones.
Proceso de donación
El proceso de extracción de órganos, en este caso la piel, se hace luego del consentimiento familiar, en un ambiente quirúrgico con todos los criterios de asepsia y antisepsia, preservando y respetando la dignidad del donante, y tomando la piel de áreas no visibles para resguardar la estética del cuerpo.
«La piel se preserva en una solución de glicerol, un medio de conservación que utilizamos, a una temperatura de tres grados Celsius y luego se procede a poner esa piel en preservación y ya se pasa a la regularización y la cuarentena de este tejido», explicó la Dra. Quintana, quien es cirujana general y caumatóloga, una especialidad médica escasa en el país que se ocupa del tratamiento de pacientes con quemaduras.
Previamente, la piel pasa por un proceso de examen antes de ser colocada a un paciente lesionado
Cuando ya el tejido está verificado y regularizado y ha concluido con el periodo de cuarentena, entonces, el Banco de Tejidos libera para uso en los pacientes que lo ameritan.
«Se toman biopsias, cultivos, pruebas, para determinar si este tejido puede ser utilizado y colocado en otra persona y hasta que no estén listos todos estos resultados, este tejido no se utiliza», indicó la doctora.
Esta piel viene de pacientes cadavéricos que en vida manifestaron su consentimiento de ser donantes, o por decisión de los parientes.
Banco de Piel y Tejidos
El Banco de Piel y Tejidos nace como parte de un proyecto de investigación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) con vinculación de las doctoras Renata Quintana y Cinthia Núñez, investigadoras de la academia que propusieron este banco como proyecto, el cual fue levantado con inversión del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDOCyT).
Este laboratorio, que opera con aval y certificación del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (INCORT), recibió su última partida de fondos en septiembre del 2022.
El personal de la Unidad de Niños Quemados se encuentra en contacto con los médicos de San Cristóbal. Hasta este jueves, no habían sido notificados de pacientes en edad pediátrica que ameriten traslado y atención.