Yang Hengjun, un novelista australiano de origen chino que se encuentra preso en China desde 2019 por acusaciones de espionaje, fue condenado este lunes a pena de muerte, informó la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong.Durante una conferencia de prensa, Wong, que calificó la noticia de «desgarradora», declaró que «el Gobierno australiano está consternado» por la sentencia.
Según sus palabras, las autoridades del país han defendido a Yang ante Pekín «en toda oportunidad y a los más altos niveles».
«Hemos pedido reiteradamente que se apliquen normas básicas de justicia, imparcialidad procesal y trato humano al Dr. Yang, de conformidad con las normas internacionales y las obligaciones jurídicas de China», dijo.
Asimismo, la ministra manifestó que Camberra «no cejará en su defensa de la justicia para los intereses y el bienestar [de Yang], incluido un tratamiento médico adecuado», refiriéndose al hecho de que el escritor tiene un gran quiste en un riñón y que el año pasado su familia dio a conocer el rápido deterioro de su salud.
Añadió que había ordenado que se convocara al embajador de China en Australia, Xiao Qian, para expresarle las objeciones de las autoridades australianas.
Respuesta de China
Tras conocerse la noticia, se le solicitó al portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, que comentara el asunto.
Durante una conferencia de prensa ordinaria, ratificó que, «de conformidad con la ley», un tribunal declaró a Yang culpable de espionaje, condenándolo a la pena de muerte con una suspensión de la ejecución de dos años, lo que significa que podría conmutarse por cadena perpetua a condición de buena conducta.
«El Tribunal Popular resolvió el caso en estricta conformidad con la ley, salvaguardando plenamente los derechos procesales de Yang Hengjun, respetando y aplicando los derechos consulares de la parte australiana a visitar y ser notificada del caso, y disponiendo que la parte australiana observara la sentencia», sostuvo.
Yang Hengjun, de 58 años, es ciudadano australiano, pero anteriormente vivió en China e incluso trabajó para su Ministerio de Relaciones Exteriores.
En 1999 emigró a Australia y desde entonces se dedicó a escribir un blog y novelas de espionaje bajo el seudónimo de Wei Shi. Además, era activista por la democracia.
En enero de 2019 fue detenido en el aeropuerto de la ciudad china de Guangzhou, donde aterrizó procedente de Nueva York (EE.UU.), en tanto sospechoso de «participar en actos criminales que ponen en peligro la seguridad nacional de China», algo que el novelista siempre ha negado.
Su caso se juzgó a puertas cerradas en mayo de 2021 y no se revelaron detalles.