Insultos, gritos y abucheos. Este fue el tenor de la segunda jornada del debate parlamentario de la ‘ley ómnibus’ que presentó el presidente Javier Milei y que, en su versión original, que ya fue recortada a la mitad, buscaba modificar por completo el funcionamiento del país en términos políticos, económicos y sociales.La Cámara de Diputados reanudó el jueves al mediodía la sesión que interrumpió la noche del miércoles en medio de un escándalo, ya que las y los diputados discutieron durante más de 10 horas un proyecto que no conocían en su redacción definitiva porque el oficialismo seguía negociando cambios con los opositores aliados.
Esta anomalía se mantuvo durante el segundo día de una sesión en la que se incrementó la tensión que ha marcado el debate público de la ley desde que Milei la presentó a fines de diciembre.
La represión policial que se registró en los alrededores del Congreso y diversos actos de violencia contra actores de todos los signos políticos desencadenaron el intercambio de acusaciones entre las y los legisladores.
Desde la oposición, centraron sus críticas y denuncias en contra de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por lo que consideraron un operativo «desproporcionado» en contra de quienes se manifestaron afuera de la Cámara de Diputados.
También repudiaron el caso de las cuatro mujeres militantes de la Unión Cívica Radical (UCR) que fueron detenidas mientras realizaban una protesta pacífica y cantaban el himno nacional.
Violencia
A ello se sumaron las amenazas de muerte sufridas por la diputada radical Carla Carrizo y la violencia de las fuerzas de Seguridad en contra del dirigente de izquierda, Eduardo Belliboni, y del diputado Alejandro Vilca, quien fue gaseado.
Las denuncias abarcaron lo ocurrido en la provincia de Mendoza, en donde fueron detenidos dos dirigentes de izquierda: Victor da Vila, cuando terminaba una protesta en contra de la ‘ley ómnibus’, y Martín Rodríguez, con el agravante de que fue apresado esta mañana en su casa por haber participado en la misma manifestación.
Los diputados también aprovecharon para condenar la represión que este jueves por la mañana realizó la Policía contra las personas que se manifestaban afuera del Ministerio de Capital Humano, quienes fueron a exigir que el Gobierno aplique el presupuesto destinado a comedores populares y terminaron rociadas con gases.
Del lado del oficialismo, repudiaron al escritor Gastón Garriga, quien ayer golpeó a un militante de La Libertad Avanza, el partido del presidente; así como las agresiones que el legislador de la ciudad de Buenos Aires, Ramiro Marra, sufrió en los alrededores del Congreso mientras se debatía la ley.
Cruces
«La detención de mujeres radicales ha sido un exceso, se manifestaban pacíficamente y las tuvieron detenidas toda la noche», acusó la diputada Roxana Reyes, quien fue abucheada cuando afirmó que no quería que, por sus denuncias, la tildaran de «kirchnerista».
«Fue un operativo brutal, desproporcionado, violento, se lesionó a personas, usaron gases que están prohibidos», enumeró la izquierdista Myriam Bregman al repudiar directamente a la ministra de Seguridad.
Su compañera de bancada, Romina del Plá, advirtió que no le van a permitir a Bullrich que imponga una «democracia de infantería» ya que el accionar policial en las puertas del Congreso fue muy grave.
«Le pedimos a la ministra que desescale la violencia, ¡cantar el himno no es un delito, carajo, basta, por favor!», agregó exaltado el diputado peronista Eduardo Toniolli.
«Queda claro que no podemos delegar ninguna facultad y menos en materia de seguridad a Patricia Bullrich, a este Gobierno berreta, poco serio improvisado.
Puede terminar en una tragedia si no le ponemos un freno a este desquicio», agregó la también peronista Carolina Gaillard, recogieron medios locales.
El presidente de la bancada de Unión por la Patria (peronismo-kirchnerismo), Germán Martínez, consideró que el operativo fue «una desproporción del aparato represivo» que se ha intensificado con el actual Gobierno.
Acusaciones
En respuesta, el paraoficialista Damián Arabia, de Propuesta Republicana (PRO, el partido del expresidente Mauricio Macri), denunció que, amparado en sus fueros, «un diputado» vinculado al narcotráfico, del que no mencionó el nombre, golpeó a un policía y le tiró un diente.
«Tenemos a los policías defendiéndonos para que el recinto pueda sesionar, mientras esto ocurre, algunos piensan que este Congreso les pertenece y cuando les toca ser oposición nos presionan en las calles (…) ¡No se los vamos a permitir!», dijo a los gritos, lo que derivó en otra oleada de gritos y abucheos.
«El patoterismo que vimos en este recinto, el nivel de patraña y maldad no lo he visto nunca», le reviró la peronista Cecilia Moreau, en tanto que Mónica Frade consideró que Milei sólo ha provocado «un espectáculo penoso».
Para entonces, ya la mayoría de los diputados se habían acusado mutuamente de que sus actitudes daban vergüenza y ensombrecían el debate de la ley.
«Se están exacerbando adentro y afuera los ánimos, tenemos la responsabilidad de no hacer el juego a un mesiánico (Milei) que quiere hacer esto, y el anterior oficialismo que quiere venganza», convocó.
En el mismo sentido, Paula Penacca deploró el «clima de conflicto social y de odio» generado por el Gobierno.
«Voy a repudiar el operativo desmedido, irracional, este tipo de shows mediáticos que se hacen para pegar y reprimir a manifestantes y a políticos desde la cobardía», señaló.