Relación entre la dieta y el cáncer
En el desarrollo de cáncer influyen principalmente dos factores, uno genético o endógeno y otro ambiental, también denominado exógeno. Dentro de los factores exógenos, encontramos a su vez factores biológicos, químicos y físicos.
Los factores medioambientales o exógenos juegan un importante papel en el desarrollo de tumores. De hecho, se estima que el 98% de los tumores se deben a tales factores. Entre estos factores medioambientales se encuentra la dieta.
El rol de la alimentación en el desarrollo carcinogénico puede variar en función de cada persona. Y especialmente, en función del tipo de cáncer. Aquellos que afectan al sistema digestivo, como el cáncer de estómago e intestino grueso, pueden estar relacionados con la alimentación en hasta un 90% de los casos.
El papel de la dieta en el desarrollo de cáncer
Ya en 1942 se llevaron a cabo los primeros estudios en animales. Se trataba de demostrar la relación entre la alimentación y el cáncer. Sin embargo, fue en el año 1960 cuando se vincularon definitivamente aspectos ambientales tales como la alimentación o los hábitos y estilos de vida con la aparición de cáncer.
En este contexto, haremos una breve revisión de los alimentos o macronutrientes. Estos pueden jugar un papel importante en el desarrollo carcinogénico.
Grasas
El consumo de grasas puede alterar el metabolismo de las prostaglandinas. Esto, a su vez, puede causar que, de forma indirecta, se acumulen en en nuestras reservas componentes químicos con cierto potencial carcinogénico.
Por otra parte, las grasas aumentan la permeabilidad de las membranas celulares. Lo que puede ocasionar una mayor formación de radicales libres. Los cuales están implicados en la oxidación del organismo, y en última instancia, en la aparición de cáncer.
Sin embargo, la existencia de estos fenómenos está íntimamente relacionados con la cantidad de grasas ingestadas. De hecho, la ingesta de una cantidad adecuada y equilibrada de grasas puede tener una acción protectora frente al cáncer. Mientras que ingestas elevadas de grasas de mala calidad tendrán una acción perjudicial.
Colesterol
Existen estudios que indican que el colesterol LDL, popularmente, el colesterol malo, promueve la movilidad y proliferación celular de las células tumorales. Lo que a su vez aumenta el riesgo de metástasis. Por el contrario, el llamado colesterol bueno o HDL, tendría un efecto protector frente al cáncer.
Alcohol
El alcohol, por una parte, aumenta la permeabilidad de las membranas mucosas del aparato respiratorio y digestivo a los carcinógenos. Por otra parte, el alcohol puede dañar el ADN de las células. Provocaría en ellas mutaciones, volviéndolas potencialmente cancerígenas.
Vitaminas
Diversos estudios han demostrado la capacidad preventiva de las vitaminas en la aparición de cáncer. Este tipo de nutrientes se encuentran de forma abundante en frutas y verduras.
Algunas de sus beneficiosas características son:
- Son grandes antioxidantes. Las vitaminas son capaces de inactivar los compuestos reactivos del oxígeno, de esta forma, son capaces de prevenir la formación de los dañinos radicales libres.
- Regulan la diferenciación celular. Estos nutrientes juegan un papel muy importante en la diferenciación celular, de esta forma, las vitaminas previenen la indiferenciación aberrante que sufren las células tumorales.
- Activan el sistema inmune. Las vitaminas promueven el correcto funcionamiento de las células del sistema inmune, necesarias para la eliminación de las células tumorales.
- Inhiben la proliferación celular. Las vitaminas, al promover la diferenciación celular, inhiben a su vez la proliferación, por lo que tienen un efecto supresor de la alta división característica de las células cancerígenas.
Conclusiones
El seguimiento de una dieta equilibrada puede ayudar a la prevención de cáncer. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado con las cantidades ingeridas de cada nutriente. El mismo alimento puede tener una acción protectora o una acción dañina en función de ellas.
Algunos consejos efectivos a la hora de prevenir el cáncer son seguir una dieta equilibrada, aumentar el consumo de frutas y verduras, evitar la obesidad o reducir la ingesta de alcohol.
También se destaca como recomendación para prevenir el cáncer utilizar métodos de cocción correctos. Evitando el abuso de frituras y los productos ahumados y salados.
Por último, reducir el consumo de carne, especialmente de carnes rojas y procesadas. Evitar los polisacáridos refinados, así como los precocinados, comidas rápidas o golosinas, tiene un resultado muy beneficioso a la hora de prevenir la aparición de cáncer.